Cinecynk

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domingo, diciembre 10, 2006

MEMORIAL

JAMES DEAN: el mito



"Dream as if you'll live forever. Live as if you'll die today"
Sueña como si fueras a vivir para siempre. Vive como si fueras a morir hoy.
Un ídolo de juventud que apenas tuvo tiempo de disfrutar de la fama. James Byron Dean nació el 8 de febrero de 1931 en Indiana (EEUU) y murió el 30 de septiembre de 1955 en California. Tenía 24 años.
Su madre murió cuando Dean tenía 9 años y su padre lo envió a vivir a la granja de sus tíos en Fairmount. Le encantaba el deporte, y a pesar de su miopía destacó en varios de ellos, como el baloncesto y el baseball. Pero era sobre todo un amante del teatro. Participó en varias obras en su pueblo o más tarde en la universidad de UCLA. Pronto se trasladó a Nueva York para estudiar interpretación en el famoso Actor's Studio.
En 1954 le llegó su oportunidad de oro, cuando el director Elia Kazan le ofreció el papel protagonista en Al este del Edén. Kazan eligió a Dean por su parecido con el personaje: introvertido, tosco, melancólico y apasionado.
Pero el papel por el que siempre será conocido es el de Rebelde sin causa, película que no llegaría a ver estrenada.



Tenía como ídolo a Marlon Brando, según la autobiografía que éste último publicó en 1994 "Canciones que me enseño mi madre", Dean basaba su actuación en él y su estilo de vida, o lo que él creía que era el estilo de vida de Brando.
Dean vivía al límite, y era un forofo de las carreras de coches. Para grabar Rebelde sin causa tuvo que firmar un contrato por el que se le prohibía competir en carreras de automóviles mientras durase el rodaje. Los responsables de Gigante también le hicieron firmar un contrato similar. Y es que el riesgo de quedarse sin el actor protagonista a mitad de película era demasiado grande.
Mientras trabajaba en Gigante, se compró un Porsche Spyder, al que bautizó como "The little bastard" (El pequeño bastardo). Días antes de su muerte hizo un anuncio publicitario en la que advertía a los jóvenes que condujesen con prudencia. Tan pronto como terminó el rodaje de la película, Dean fue a competir en una carrera de coches en Salinas, cerca de San Francisco. La noche anterior dejó su gato a Elizabeth Taylor para que lo cuidase, ya que temía que algo le sucediese.
Ironías de la vida, Dean conducía su Porsche de forma prudente cuando tuvo el accidente que lo mató, al chocarse en un cruce con un estudiante que conducía su Ford a gran velocidad. Dean trató de esquivarlo pero no pudo. El conductor del otro automóvil y el mecánico que acompañaba al actor se salvaron. Sus últimas palabras, según declaró meses después su mecánico, fueron: "Ese chico nos tiene que ver".



Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver.